La labor periodística de Francisco Castañeda reconoce antecedentes formales tanto con los espectadores de la prensa moral europea, como con ciertas estrategias de la prensa porteña. Sus colaboraciones en los periódicos de Antonio Valdés permiten identificar un proceso de intervención en lo público signado por la sátira y la ficción que se desarrolla de manera progresiva a lo largo de la década de 1810. Su actuación en la prensa alcanza su máxima expresión en el período entre 1820 y 1823, con una producción propia en la que se destaca el lugar central de la ficción como modo de comprender la realidad política, la sátira como herramienta pedagógica y el montaje de fragmentos como método de resignificación crítica tanto de los textos como de la realidad.